El conflicto en Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana, según CGT
El sindicato CGT ha emitido un comunicado en el que da su versión sobre la tensa situación entre Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) y los sindicatos, con la convocatoria de huelga indefinida que en determinadas horas está produciéndose esta semana.
Así, CGT se queja de que la herencia que dejó el anterior gobierno autonómico en forma de ERE “con el que pagamos, y seguimos pagando, el robo descarado de las arcas públicas”. Un ERE cuyas motivaciones atribuye al terreno meramente político, y que “ha dejado malherida a la plantilla de FGV. La dirección consiguió acuerdos injustos para los trabajadores, firmados en un clima de miedo y corresponsabilidad. Sufrimos una rebaja en el poder adquisitivo de más de un 20 por ciento, además de un empeoramiento del clima y las condiciones laborales que pueden afectar a la seguridad”, señala el sindicato.
Con el nuevo gobierno se firmó un “Convenio para la foto”, afirma el colectivo sindical, “del que todavía estamos esperando su cumplimiento y por el que se ha emprendido alguna acción judicial”.
Lejos de darse las condiciones para el diálogo y el consiguiente acuerdo, el sindicato denuncia una serie de puntos clave en los que radica, a su criterio, el cúmulo de desencuentros que han desembocado en la presenta huelga.
El incumplimiento de plantilla
Según CGT la fórmula es muy fácil. Parafraseando a Chmoski, “ésta es la técnica estándar de la privatización: cortar el presupuesto para asegurarse que las cosas no funcionen. La gente se molesta y se usa eso como excusa para pasarlo a manos de capital privado”.
Por otro lado, la imposición del artículo 41.4 de la reforma Laboral, criticada por el actual Consell como oposición al gobierno central del PP, es utilizada para la modificación de condiciones sustanciales de trabajo y, aunque los sindicatos han hecho propuestas en este sentido, se aplica el “principio de la eficiencia, hacer más con lo mismo. Una vuelta de tuerca más a la clase trabajadora”, se queja CGT.
La privatización paulatina y silenciosa de las áreas de instalaciones fijas (vías, electrificación, señalización, etc.) y talleres está camuflada, según el sindicato, bajo el manto de una supuesta “externalización”, pero con claros síntomas de responder al puro y duro clientelismo que tanto se criticó en época del PP al frente del Consell.
El estado del parque móvil también es motivo de fricción al situarlo el sindicato con “medio cliclo de vida degenerando en chatarra en vías muertas de Valencia Sud, pagado con nuestro dinero”. La deuda pendiente por la compra de nuevas unidades, por otro lado, levanta suspicacias sobre cómo se gasta el dinero público y a quién beneficia dichos gastos. La palabra “malversación” sale a relucir, según CGT, inevitablemente al afrontar este capítulo con algo de profundidad.
Estaciones sin personal o funciones que no corresponden a la categoría del que hay, escasa inversión tecnológica, precariedad en planes de accesibilidad, y organigramas sujetos a continuos cambios son algunos de los problemas que llevan al sindicato a justificar suficientemente el conflicto. “Trabajamos de lunes a domingo, Navidades, Semana Santa, Fallas, Puentes,… no somos unos privilegiados. Nuestra vida familiar o social caminan por una cuerda floja con medidas de conciliación insuficientes cuyas condiciones modifican a golpe de imposición, sin negociación y por supuesto, para mayor precariedad. Somos profesionales que estamos viendo amenazados nuestros puestos de trabajo, y sobre todo el Servicio Público del Transporte. Un Servicio Público que no es un privilegio, es un DERECHO que se ha ganado a base de luchas sociales, como otros, y que NO SE VENDE”, afirma CG en su comunicado.
“Cada uno debe asumir sus responsabilidades. La clase trabajadora luchará por sus derechos. La clase política que ahora nos gobierna y se dice progresista, si no está de acuerdo con las directrices de Madrid y de la Unión Europea, que deje de llorar y espabile, si es que de verdad se creen lo que nos dicen: vayan y hablen con Montoro sobre la famosa Ley que no les deja contratar a personal pero sí privatizar”.
La nueva Dirección, asegura CGT, “ya tiene rehenes; en la noche del viernes despidió a dos compañeros. Sin eximir a cada cual de su responsabilidad, hay maneras y maneras, desde luego más opciones, pero por qué será que la Dirección del Gobierno del cambio siempre opta por la más dictatorial. No es lo que esperábamos, pero seguramente era una cuestión de ingenuidad”.
El sindicato acaba su misiva pidiendo disculpas a la ciudadanía por las molestias, si bien, “esta lucha es de tod@s porque los Servicios Públicos son de tod@s, NO SE VENDEN, SE DEFIENDEN”.